jueves, 17 de noviembre de 2011

El Premio

Últimamente mi blog se ha convertido en mi pequeño rincón en el que escribo mis aventuras en la gran ciudad. Son muchas las aventuras y experiencias que cada día me sorprenden, algunas de ellas incluso me llaman de sobremanera la atención. Sobre una de ellas trata el nuevo post.

Nada más llegar son muchas las cosas que a una recién instalada en la gran ciudad como a mí llaman la atención. La vida aquí es muy diferente a la que estaba acostumbrada a vivir en Irun, el ritmo es mucho más acelerado, la gente por la calle no pasea va de un lado a otro dirigida a veces como autómatas en busca de un destino y luego otro y así pasan sus horas de actividad. Los viajeros del metro casi no sonríen y el aire que se respira, bueno, en fin, digamos que es más denso.

Eso sí, por encima de todas ellas hay una cosa que me llamó y a día de hoy me sigue llamando la atención, en Madrid siempre hay que hacer cola. Sí, sí, para todo, ya sea para sacar dinero en un cajero o para comprar tabaco en el estanco. Es increíble el tiempo que se invierte en esperar en esta ciudad. En ocasiones, en Madrid, es tiempo de cola.

Ayer fue unos de esos momentos, un día de cola seguida de otra cola. Tras la actividad habitual que caracteriza últimamente mis mañanas, me decidí por fin a comprar la lotería de navidad con motivo de mi inmediata visita a casa. Llego a la cola de ilusión. Plaza Callao, alrededor de cien o doscientas personas estaban haciendo cola para comprar décimos para la lotería de navidad en la ya más que famosa administración de lotería de Doña Manolita. La clave, ir bien abrigada, con algo en lo que invertir ese tiempo de espera, en mi caso el ipod y mi inestimable Madonna, y paciencia, mucha paciencia. Y así, poco a poco, muy poco a poco avanzas y compras tres boletos de lotería acompañados de mucha ilusión y esperanza. Nunca se sabe…

Acto seguido me dirijo a otro lugar cercano, Gran Vía, concretamente, a la tienda H&M. Sí, como muchas sabréis Versace ha preparado una colección exclusiva para esta tienda y hemos sido muchas y muchos las/os que hemos querido ver y tocar estas prendas de ropa inaccesibles e inalcanzables para nuestros bolsillos. Llegué y por supuesto me encontré una cola de entorno cincuenta personas. Menudo alivio, después de lo vivido esto no era nada, no más de treinta minutillos y directa a mi objetivo. Dicho y hecho, en turnos de veinte personas accedíamos a la zona dedica a Versace, teníamos diez minutos para ver, probar y luego comprar. Vestidos, zapatos, complementos, cinturones…bueno, bonito y caro, si un poco caro, así que empecé por ahí, esa fue mi estrategia, descartar por cuantía. Así, tras cinco minutos con un bolso increíble en la mano, mi sentido común ganó la batalla a la locura y finalmente lo coloqué en el lugar que le correspondía, la estantería. Me decanté por un precioso pañuelo, orgullosa y más feliz que una perdiz me llevé mi pequeño premio.

Aquí podéis ver mi nueva adquisición…¿Os gusta?

La bolsa

Se asoma poco a poco y ....

¡¡¡Aquí está!! Qué ganas de estrenarlo!!!

5 comentarios:

  1. me encanta el pañuelico Maider! que vaya molt be este finde por Irun,dales a estas un beso grande de mi parte! Gran post!

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  2. El bolso es tremendamente estiloso. I love it.
    Nunca he estado en Madrid, tiene que ser increible... aunque cansado ¿no? tanta cola, tanto metro... bufff!!

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  3. Me encanta el pañuelo!
    Y la bolsa es un pasote. Al final la espera mereció la pena.
    Nos vemos el sábado nena!

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  4. coño! Creía que la bolsa era un bolso! que tonta!! con tantos coloritos parecidosssss! barkatu

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  5. Precioso el pañuelo Mai, esperemos que la cola de Dña. Manolita también merezca la pena y así podamos seguir disfrutando de esta ciudad que es la leche con colas y sin ellas...

    Mejor con colas..

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