Y pasados los días, aquí sigo, en Madrid, lo que a priori era una aventura para un mes, se está convirtiendo en una estancia sin fecha de vuelta. La vida en la ciudad es, además de divertida, diferente, cada día puede surgir algo nuevo y hace que no se rompa, por el momento, el encanto que me engancha a seguir disfrutando de los atractivos culturales de Madrid.
Visitas, encuentros y desencuentros, llegadas…y como no idas y venidas. Esto es un no parar. La última semana se podría resumir así, viaje a Irun, estancia de menos de 48 horas, viaje a Tudela, bodorrio, la última de este 2011, y vuelta a Madrid con fiesta de cumpleaños incluida, Zorionak Clau!
Y así, sin darme cuenta cambiamos Chueca por Malasaña y esta semana tan rara sigue siendo diferente, visitas varias, conciertos a la vista y sobre todo y ante todo, risas muchas risas, porque esta aventura en la gran ciudad se podría resumir de muchas maneras, pero yo me quedo con el antídoto más eficaz del mundo, una gran carcajada.
Por cierto, para ilustrar un poco este nuevo post quiero compartir con todas/os vosotras/os algunas fotos que nos sacamos este sábado en Tudela, en la boda de mi gran amiga Carmelilla.
El trío calabera...
¡¡Qué ViVan Los Novios!!
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