viernes, 2 de septiembre de 2011

La cabeza bien puesta y cada diadema en su sitio

Todas las que me conocéis sabéis de mi afición por las diademas. Lo que empezó como un capricho se ha convertido en una auténtica devoción. Lo reconozco, me encantan y cada vez que veo una que me gusta no me puedo resistir. Y es que tengo diademas de todo tipo, de tul, de flores, incluso una hecha expresamente para mí que la hizo con mucho cariño mi amiga la Pigne.

Y sí, para tanta diadema siempre hay una ocasión, es el complemento perfecto para cualquier momento y día, ya sea para ir al trabajo, para tomar algo o para una cena un sábado por la noche.

Claro que tanta diadema necesita un espacio donde reposar…y para que todas mis diademas estén a la vista y bien ordenaditas, ayer recibí un inesperado regalo de mis amigas Amaya y Carmela. La ocasión era perfecta, después de un mes sin reunirnos, mis amigas de la uni y yo quedamos para tomar algo y ponernos al día, y cuál fue mi sorpresa cuando me regalaron una cabeza de maniquí!!! Sí, sí, por fin tengo un lugar donde colocarlas, el lugar que les corresponde.

Así que lo que hice después fue maquillar la cabeza para darle un poco de “personalidad” y colocar todas y cada una de las diademas en este nuevo objeto que fomenta aún más si cabe mi fetichismo.







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