Stick & Sweet

Un sueño hecho realidad, así me sentí hoy hace un año cuando pude presenciar en directo el concierto que llevaba tanto tiempo esperando. Empecemos por el principio.
Lo recuerdo como si fuera ayer, retrocedemos un año atrás para ponernos en situación:
A finales del mes de abril de 2008 Madonna publicó su último ambúm de estudio, el mismo día que salió a la venta fui corriendo a la tienda de turno para hacerme con una copia, sólo me hizo falta escucharlo una vez para cerciorarme de que merecía la pena, tienes que saber que los discos de la Diva siempre me los compro originales. A partir de ese momento tomé la decisión de ir por primera vez en mi vida a un concierto de Madonna, verla en directo y cumplir uno de mis sueños. Después de buscar las fechas en las que salían a al aventa las entradas y decidir el destino, hay que matizar que en el momento en el compré las entradas todavía no estaban confirmados gran parte de los lugares de la gira, entre ellos Madrid y Barcelona. Cosas de la vida, el día antes de mi cumpleaños me peleé con fans de media Europa para consseguir mi pequeño espacio en el lugar elegido: Niza y el Estadio Nikaia. Recuerdo perfectamente la sensación de felicidad al ver consumada la compra, ahora si que si, comenzaba la cuenta atrás.
Además de aprenderme todas las canciones y elegir mis favoritas, esto se daba por supuesto, repasé toda su discografía para que no me pillaran en un renuncio.
Planeamos el viaje a Niza, el plan consistía en tres días, en plena Costa Azul, donde además de turismo teníamos un acontecimeinto al que acudir. Así, llevamos a cabo todo lo planeado, no sé si era la situación que me condionaba o que realmente era así, yo me decanto más por la segunda, la ciudad francesa me enamoró por su encanto, su parte vieja se asemeja a la Toscana italiana, el centro con sus tiendas y su gentío, la famosa playa de piedras, sus restaurantes y el concierto.
Poco a poco nos ibamos acercando al momento esperado, el concierto de Madonna. Nos dirigimos al estadio en autobús y una vez allí hicimos las compras pertinentes, camiseta de la gira y un bolso chulísimo. Dos horas nos costó entrar al recinto, calor, sed, agobio... todo acompañado permanentemente de mi gran sonrisa. Era feliz.
Entramos, nos situamos y dada la distancia a la que nos encontrabamos del escenario, comencé a colocar mis prismaticos para no perderme ni un detalle del espectaculo en general, y de Madonna en particular. Lo que yo no sabía era que mi situación en el estadio y va dar un giro de 180º. Cosas de la vida, después de comprar unos botellines de agua para sofocar el calor, nos decidimos intentar colarnos en la zona inferior al escenario, donde había seguratas que a veces miraban las entradas de los que allí entraban y otras veces no. En un arranque de valor, decidos quisimos probar suerte, y desde luego suerte la que tuvimos, porque sin darnos cuenta, nos encontrabamos en la zona VIP, a unos diez metros del escenario donde en pocos minutos comenzaba el concierto. Era más feliz todavía.
Como se suele decir, con puntualidad británica, a las nueve en punto de la noche se subió el telón y comenzó el espectáculo. La Diva, a la que tanto admiro desde que tengo uso de razón, estaba allí, a diez metros de mí, cantando y bailando, las canciones de su último disco y sus grandes éxitos. Era super Felizzzz.
Dos horas intensas, cantar, bailar y no querer parpadear ni un segundo para no perderme ni un detalle y retener todo el concierto en mi memoria.
En resumidas cuentas esto es lo que sucedió el 26/08/08, un día que no olvidaré en la vida y al que quería y tenía que rendir un homenaje...un sueño hecho realidad...