Ha sido un no parar. Así puedo describir el mes de junio que he tenido. Ya os hablé de un viaje "casi" inesperado a Berlin, pero como en todo es mejor empezar por el principio. Las vacaciones hacia la capital alemana estaban planeadas mucho antes de que yo me apuntara, casi por sorpresa y debido a unas bajas inesperadas de los viajeros oficiales me convertí en pasajera titular, así, después de solucionar los problemas profesionales y una vez concecidos los días pertinentes comenzó mi aventura germana. Fueron siete días y siete noches cargadas de turismo, desconexión y un sinfín de emociones, redescubrir Berlin ha sido todo un placer.
Más adelante y superado el bajón postvacacional preparé de nuevo la maleta, en esta ocasión, para embarcarme en unas vacaciones planeadas desde principios de año, y es que Londres me esperaba. Intensos han sido los cuatro días que he pasado en la ciudad más underground de Europa, incluido un concierto de esos de "yo estuve alli" en el Estadio de Wembley disfrutando de ACDC. Compras, no demasiadas, metro, mucho metro, turismo, conociendo los lugares de los que tanto había oído hablar, y sobre todo, risas, muchas risas.
Es díficil resumir en estas líneas todo lo que me ha sucecido y todo lo que he vivido estas últimas semanas, de manera que para terminar, diré que ésta ha sido una estupenda bienvenida al veranooooooo
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